Mucho se habla hoy de la ciencia traslacional, que es, irónicamente, una mala traducción de la palabra “translation” (traducción en inglés). Es un concepto que describe el proceso de aplicar conceptos de la ciencia básica para resolver problemas “del mundo real”. Por ejemplo, cómo pasar de un registro de la actividad cerebral al desarrollo de un brazo prostético.
En esta ocasión me gustaría hablar de otra forma de ciencia traduccional. Tengo la fortuna de tener una beca del CONACYT que me permite estudiar y vivir en Londres. Además de ser una oportunidad sin igual en términos de investigación, vivir en un epicentro que concentra visitantes de todas partes del mundo, tanto turistas como científicos, me permite asomarme a conferencias interesantísimas y otro tipo de eventos.
Me gustaría en este espacio, poder “traducir” mi experiencia como científica en formación en el extranjero con el afán de comunicar y compartir los descubrimientos tan fantásticos a los que he tenido acceso. En los últimos años ha habido una explosión en la comunicación informal de la ciencia mediante entradas de blog, páginas web y twitter. Sin embargo, como pasa con el 80% de los contenidos del internet, estas comunicaciones suelen ser en inglés. Quisiera poner mi graÑito de arena, sí, con ñ y ayudar a diseminar noticias, principalmente del mundo de la neurociencia, la psicología y la medicina (mis principales intereses) en mi tan amado y querido español.